Sanando la heridas
Acá me encuentro y después de casi 9 años, soy mi propia sanadora.
En el sentido más holístico, espiritual pero el más literal que te puedas imaginar.
Hace bastante no hago comunicados respecto de este proceso que vivo desde el 2013, porque me parece que tener que estar diciendo todo el tiempo lo mal que me siento, no hace más que colaborar al malestar. En principio de los que me rodean, y que eso indirectamente me afecta a mí. De otra manera, también es bastante victimizante hacerlo, ya que pareciera que una busca condolencias, mensajes de aplausos o lo que sea. Con este escrito, lejos pretendo todo esto, si no valerme de la herramienta de la escritura como catarsis y que a otras personas les sirva conocer que también hay gente que no la está pasando bien, o está remándola más que otros pero aún así tratar de ver el lado B de las cosas.
Hace un mes tuve mi primer operación: la tan temida y que parecía que nunca llegaría (o al menos eso deseaba yo) ileostomía. Viajé a Buenos Aires para hacerme chequeos y estudios, pero termine internada. El viaje que supuestamente duraría unos 15 días, viene llevando ya casi dos meses. Sabía o intuía que esto podía ser así, pero jamás imagine que se venía la operación. Pero ahí fui.
Todo parecía ir bien, había ganado una paciencia, una paz y una entrega como nunca. Estuve decidida a hacerlo en todo momento, porque también otra opción no me quedaba, y hasta entré riéndome al quirófano. Si bien es una operación que no soluciona mágicamente las cosas, según los médicos ayudaría y colaboraría con la medicación para empezar a mejorar los síntomas. Muy distinto a otras operaciones como tumores, etc, donde extirpan algo, y chau problema. Acá es una ayuda para poder seguir, y luego adaptarse a una nueva etapa.
Pese a todo, hice el intento de acostumbrarme, empezaron a pasarme cosas, eventos sincrónicos, cosas increíbles que me hacían pensar que todo iba encarrilado hacia algo positivo, hacia un lugar mejor. Mi mente estaba con miles de proyectos, talleres, viajes y con muchas ganas de volver a mi casa, la Patagonia.
Pero de repente… una vez más. El maestro Crohn hizo de las suyas, y empezó a excavar hacia el exterior buscando la luz nuevamente. Esta vez, en la nueva ubicación del intestino, al lado del ostoma, en la panza. Tener que verlas, es algo horrible. Difícil.
Nadie quiere enfrentarse a las heridas que tiene, no? Menos yo, enfrentarme a éstas representadas en carne viva en mi propio cuerpo delante de mis ojos.
Y aquí estoy, sanándolas, siendo yo la chamana de mí misma. Con paciencia, con amor, con dulzura y delicadeza. A veces lloro, a veces río, a veces me da pánico, o todo el tiempo. Pero no tengo muchas opciones, tengo que sanar estas heridas de una vez de la mejor manera que puedo, y como puedo.
Cuando estoy sola, cuando nadie me ve ahí estamos cara a cara con lo que he pasado, con lo que me pasa. Hoy, la primera/segunda vez que lo hago sola, sentí cierta satisfacción, porque ciertamente estoy sanando mis propias heridas, con el amor único que yo puedo darme.
Intento seguir confiando en el universo que tanto me da, a las personas maravillosas que me rodean y acompañan, a toda esa energía que me rodea desde siempre y enciende mi corazón para hacer cosas y puja a mi cerebro para que siga trabajando.
Quienes me conocen, ya saben de mi camino. Ya saben de mi historia, y cuántos intentos “fallidos” tuve. Fallidos con comillas, porque todos me trajeron sus cosas siempre buenas, ya que todo lo que pasa siempre es perfecto, no hay cosas malas. Depende de con qué ojos las miremos.
A veces desisto, a veces estoy cansada y ya no quiero más nada. Cierro los ojos y espero que se pase el día. Pero luego mi cerebro se activa inevitablemente de nuevo, no puedo no hacer nada y pienso en todos los proyectos y cosas que tengo pendientes!
Sin embargo vivo el día a día, a mi tiempo, y a mis ritmos. No lucho, voy al ritmo de lo que me pasa y sobre todo, le presto atención a mi cuerpo.
Bastante desactualizado este video, pero sirve para ilustrar lo que pasa desde hace tiempo, para aquel que le da curiosidad y no sabe,